JUANJO JIMÉNEZUno de los grandes sablazos presupuestarios de 2013 de esta tierra tan insular recae curiosamente en una de las mejores ocurrencias que ha parido la autonomía, tan buena que hasta extrañó su alumbramiento en el año 1992. El niño se llamaba Instituto Tecnológico de Canarias, y su parto significó en su momento un oxímoron, por el extraño mixturado de la innovación promovida por un ejecutivo nacionalista más apegado a la carreta romera que a los motores de turbina, salvo cuando este último da macho al helicóptero presidencial.(Ver noticia)
Sunday, December 9, 2012
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